En los últimos treinta años la comunidad gitana ha dado un paso de gigante en relación a la educación. Ha pasado de la exclusión a la incorporación a las aulas. Hoy el 94% de los niños y niñas están escolarizados.

Pero queda mucho por hacer. El fracaso escolar se ceba con la población gitana. Sólo un dato: De las chicas y chicos gitanos que comienzan la Educación Secundaria Obligatoria, el 80% abandona antes de finalizar.

Es momento de dar pasos de gigante. Y es responsabilidad de todos terminar con el abandono prematuro de las aulas. Porque solo con educación se lograrán superar las situaciones de desventaja y desigualdad a las que hoy se enfrentan los jóvenes gitanos. Porque la educación permitirá que jóvenes formados puedan competir en el mercado laboral y comenzar a romper barreras.

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