17 de Marzo de 2020
FSG
Desde la Fundación Secretariado Gitano hemos elaborado una serie de propuestas, que ya enviamos al Gobierno, porque creemos que es imprescindible y urgente tomar medidas para que las familias gitanas más vulnerables estén protegidas social y sanitariamente ante la crisis del Coronavirus.
Esta crisis está situando a amplias capas de la población gitana española en una situación de seria desprotección en lo que respecta al disfrute de sus derechos fundamentales. La infección por Coronavirus ha afectado en sus primeros embates a numerosas familias gitanas en varias CCAA. Si bien en un primer momento la prioridad ha sido la de informar y promover medidas de prevención y contención, ahora, y tras la declaración del estado de alarma en el país, estamos ante un nuevo escenario más complejo en el que se combinan nuevos riesgos sociales que se suman a la situación sanitaria y a la previa situación de alta vulnerabilidad que arrastra la población gitana.
La situación de partida de la población gitana es de una gran incidencia de la pobreza, con el 86% de la población por debajo del umbral de la pobreza, un 46% de hogares en extrema pobreza y una tasa del 89% de pobreza infantil. Buena parte de las familias gitanas tienen en la venta ambulante en mercadillos su fuente básica de ingresos, ya de por sí precaria. El cierre de los mercadillos y la imposibilidad de realizar otras actividades, como la recogida de chatarra, la venta de fruta, u otras que procuraban algún ingreso diario, junto con la débil presencia en los programas de rentas mínimas (sólo el 32% de los hogares gitanos muy pobres la perciben), están comenzando a generar una situación de desamparo y desprotección que ya están manifestando muchas familias gitanas en todo el territorio.
Creemos, por tanto, que es necesario implementar medidas urgentes para atajar esta situación y hemos elaborado una serie de propuestas que ya hemos enviado al Gobierno. Entendemos que éstas serían las prioridades:
El 47% de las personas gitanas ocupadas lo hacen por cuenta propia, y en su inmensa mayoría, en la venta ambulante. Esta actividad, organizada habitualmente a través de cooperativas y, en algunos casos, con el régimen de autónomos, es la principal fuente de ingresos para una gran mayoría de familias gitanas y el cierre de esta actividad les deja en una situación de desprotección y sin acceso a prestaciones por desempleo. Proponemos:
Más de 9.000 familias gitanas con menores continúan viviendo en infravivienda, y de ellas, más de 2.200 (unas 9.000 personas), en chabolas y entornos altamente degradados (el 2,17% de la población gitana). Todos ellos son espacios donde hay escasa protección sanitaria, que no cuentan con los servicios ni recursos públicos de salud que puedan prevenir y contener el Coronavirus. Son entornos además donde la situación de salud de las personas, por el riesgo sanitario del entorno, supone patologías previas y, por tanto, son población de alto riesgo. Proponemos:
Una gran parte de las familias gitanas se encuentran por debajo del umbral de pobreza, el 86%, un 46% de hogares en extrema pobreza y una tasa del 89% de pobreza infantil. Proponemos:
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