Page 118 - Salud, Prevención de Adicciones y Juventud Gitana
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118 Los cambios referidos a los aspectos materiales de la vida suponen un esfuerzo; sin embargo, los cambios de comportamiento y formas de pensar, son mucho más complicados. Los cambios externos dependen en gran medida de la realidad que existe alrededor; sin embargo, los cambios internos dependen en ex- clusiva de cada persona.ANEXO:Cuento: ¿Quién se ha llevado mi queso?Érase una vez, en un país muy lejano, dos ratones que vivían en un laberinto y que lo recorrían buscando el queso que los alimentara y los hiciera sentirse feli- ces. Se llamaban Fisgón y Escurridizo y buscaban un queso seco, que roer, como suelen hacer los ratones.Cada mañana se colocaban sus atuendos y sus zapatillas de deporte y se po- nían a correr por el laberinto en busca de su queso favorito. El laberinto estaba compuesto por pasillos y almacenes, algunos de los cuales contenía queso. Pero también había rincones oscuros que no conducían a ninguna parte. Era un lugar donde cualquiera podía perderse con facilidad. No obstante, el laberinto contenía secretos que permitían disfrutar de una vida mejor a los que supieran encontrar su camino.Un día encontraron una habitación llena de queso. Así, los dos ratones se levan- taban todas las mañanas y con toda calma iban a la habitación con el queso; sin embargo aunque tenían el queso, no estaban muy entusiasmados, ya que lo único que tenían que hacer a diario era ir a la habitación del queso. Pero un buen día, llegaron a la habitación y no quedaba queso.Fisgón y Escurridizo despotricaron y se quejaron de lo injusto que era todo lo ocurrido. Escurridizo empezó a deprimirse. ¿Qué sucedería si al día siguiente tampoco encontraban el queso? Habían hecho muchos planes para el futuro ba- sados en aquel queso.- Tal vez sería mejor no analizar tanto la situación. Lo que deberíamos hacer es ponernos en marcha de inmediato y buscar queso nuevo -dijo Fisgón. ¡Vámonos!- No -replicó Escurridizo rápidamente-. Estoy bien aquí, es un lugar cómodo y conocido. Salir ahí fuera puede ser peligroso.Estas palabras hicieron que Fisgón volviera a sentir miedo al fracaso, y sus es- peranzas de encontrar queso nuevo se esfumaron. Sabía que, a veces, un poco de miedo es bueno y puede incitarte a la acción. Pero cuando el miedo te impide hacer algo no es bueno. ¿Qué haría si no tuviera miedo? Se decía Fisgón sabiendo que tenía miedo a ir solo. Escribió algo en la pared, le iba a servir como recuerdo y como aguijón: Avanzar en una dirección nueva ayuda a encontrar un nuevo queso.Empezó a correr por el pasillo, empezó a pasárselo bien y a sentirse mejor. Sabía lo que le pasaba y escribió: Cuando dejas atrás el miedo, te sientes libre.SALUD, PREVENCIÓN DE ADICCIONES Y JUVENTUD GITANA:Manual para trabajar la prevención con adolescentes y familias


































































































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