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68

Discriminación y Comunidad gitana 2017

3.

Madrid.

Servicios policiales.

Discriminación directa.

Una mujer gitana acudió a la comisaría de policía

nacional de un barrio de Madrid a interponer una denuncia por la desaparición de su hija de 16 años. La madre

manifestó que era bastante probable que la menor estuviera con su novio de 30 años, pero estaba preocupada

porque era menor. El policía que la atendió alegó que la menor se había ido por su propia voluntad y no le recogió

la denuncia. Ante la negativa de la policía de esa comisaria a recoger la denuncia, la mujer se desplazó hasta la

Comisaría situada en Puerta de Toledo, donde sí le admitieron la denuncia.

La mujer nos trasladó su malestar por el trato discriminatorio recibido por los agentes. Nos comentó que incluso

se rieron de ella, sin darle ninguna explicación.

Al poco tiempo después, apareció su hija. La Técnica de Igualdad le pidió copia de la denuncia interpuesta en

Puerta de Toledo, pero la mujer no quiso llevar a cabo ninguna acción.

4.

Zaragoza.

Servicios policiales.

Discriminación directa.

Seis chicos gitanos estudiantes de uno de los cursos

del Aprender Trabajando, estaban esperando en la puerta de la FGS de Zaragoza para entrar al curso. En ese

momento, llegó un furgón de la policía nacional del que se bajaron 6 ó 7 agentes, que ordenaron a los jóvenes

que se pusieran contra la pared mientras empezaron a cachearlos y a decirles que sacaran todo lo que tuvieran.

En ese momento, salieron varias de las personas que trabajan en la oficina de la FSG para ver lo que pasaba y

solicitaron a la policía explicaciones de lo que estaba ocurriendo. Asimismo, informamos a la policía que esos

chicos eran nuestros alumnos del programa de empleo Aprender Trabajando.

La policía requisó y comprobó la documentación de los chicos y, sin más explicaciones, recogieron y se fueron.

Los jóvenes muy afectados, nos trasladaron que lo que les pasó era por ser gitanos y por parecerlo, y que

estaban acostumbrados a aquellas situaciones. No quisieron informar de lo que aconteció a la comisaria de

referencia ni a otros agentes.

5.

Zaragoza.

Servicios policiales.

Discriminación directa.

Un joven del programa Aprender Trabajando de la

FSG estaba con un familiar suyo, menor de edad, cuando se acercó un coche de policía local. El menor de edad

al ver que se acercaba el coche de la policía y, sabiendo que era horario escolar, se marchó en su bici. En ese

momento, el otro joven, que según la policía se metió las manos en los bolsillos, fue identificado y registrado

por los agentes (incluso le hicieron descalzarse). 

Cuando el joven solicitó explicaciones de aquello, los agentes le contestaron que la identificación era un deber

que debían cumplir todos los ciudadanos. Igualmente desde la FSG en Zaragoza solicitamos información sobre

este tipo de procedimientos a la misma comisaría y nos explicaron que los ciudadanos teníamos obligación de

identificarse pero no del registro.

Tras confirmar aquella información, el joven nos trasladó que la policía además le cacheó delante de muchas

personas y que se sintió avergonzado por ello ya que no identificaron ni cachearon a ninguna personas más.

Estaba seguro que le hicieron aquello porque era gitano.

Cuando le propusimos al joven la posibilidad de interponer una denuncia contra aquellos agentes, se negó por

miedo a represalias.

6.

Don Benito.

Servicios policiales.

Discriminación directa.

Un grupo de jóvenes, algunos de etnia gitana, de

entre 13 y 15 años, estaban discutiendo cuando pasó un coche de policía y se detuvo. Sin informar de nada los

agentes pidieron identificación a la mayoría de los jóvenes y subieron a su coche a tres de los jóvenes que se

encontraban allí y también a un chico gitano, que casualmente pasaba por allí y se paró a mirar.

Los jóvenes allí presentes dijeron a la policía que aquel joven gitano no tenía nada que ver con la discusión que

ellos mantenían y que, casualmente, pasaba por allí.