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Casos de discriminación en servicios policiales
Una vez en comisaria, la policía tomó declaración al joven y le metieron en el calabozo. Según el joven gitano,
los agentes tuvieron un trato desagradable y discriminatorio hacia él ya que a pesar de haberles explicado que
pasaba por allí y que no tenía nada que ver con aquel asunto, se lo llevaron y lo metieron en el calabozo.
Tras recopilar toda la información con el resto de jóvenes y algunos padres de los menores, se propuso desde la
FSG de Don Benito, redactar queja ante el Defensor del Pueblo. Sin embargo, constatamos por diversas razones
que las personas afectadas no acudieron a las citas para elaborar la carta de queja. Días más tarde, la madre de
uno de los chicos se puso en contacto con la FSG para contar que le llegó una carta de la fiscalía de menores.
Desde la FSG se le explicó el contenido de la carta y se aclararon las dudas. La madre dijo que decidió no
interponer la queja al Defensor del Pueblo por miedo.
Desde la sede en Don Benito de la FSG se cerró el caso ya que las víctimas decidieron no continuar por temor
a represalias.
7.
Valencia.
Servicios policiales.
Discriminación directa.
Una mujer, gitana rumana, circulaba con su furgoneta
por una carretera secundaria por las afueras de Valencia. La mujer adelantó a un policía nacional de paisano que
viajaba en un coche no oficial. El policía acusó a la mujer de realizar un adelantamiento temerario.
Acto seguido le pidió que se identificara y que le mostrara los documentos del coche.
Ella entregó los documentos que le pedía y le preguntó por qué había acelerado el coche de manera tan brusca.
El agente le dijo que tenía que multarla y como él no tenía competencia, llamó a la Guardia Civil. La mujer explicó
lo sucedido y mostró su documentación. La Guardia Civil afirmó que el adelantamiento fue correcto y que no
podían multarle.
El agente insistió al personal de la Guardia Civil para que revisaran el coche y éste comprobó que el menor que
viajaba en el coche con la mujer no tenía un asiento homologado. Finalmente interpusieron la multa a la mujer,
por este motivo. La mujer nos informó que pagó la multa y que unos tres meses después del incidente le llegó
otra multa de ese mismo día, del mismo lugar y hora, por “no facilitar el titular del vehículo la identificación veraz
del conductor del mismo en el momento de ser cometida una infracción”.
La mujer nos dijo que aquel agente no se quedó satisfecho con el informe de la Guardia Civil.
Igualmente, nos informó que pagó la multa por no tener asiento homologado y recurrió la última multa, pero
no le admitieron el recurso. Finalmente, desistió de seguir recurriendo, pero nos trasladó su indignación por el
tratamiento discriminatorio que recibió de aquel agente de paisano.
8.
Valencia.
Servicios policiales.
Discriminación directa.
Dos mujeres gitanas se pusieron a vender en el
mercadillo del barrio del Cabañal, las mujeres nos contaron que no tenían licencia para vender en el mercadillo.
Según nos dijeron, llegaron dos agentes de policía y les registraron en presencia de la gente y además les
desmontaron los puestos que tenían de forma un poco agresiva.
Desde la sede de la FSG en Valencia se cerró el caso por decisión de las víctimas. Las mujeres no quisieron
interponer denuncia por miedo a las posibles represalias por parte de la policía.
9.
Valencia.
Servicios policiales.
Discriminación directa.
Un hombre gitano participante de servicios la FSG
en Valencia, nos contó que estaba en la puerta de su casa arreglando un asiento de su furgoneta y, para ello, lo
desmontó y lo colocó en la acera mientras terminaba la reparación. En ese momento, se acercó un agente de
policía local y le dijo que le dejara entrar a su casa para ver si tenía chatarra almacenada. El hombre le dijo que
si no tenía una orden no le dejaba entrar a su casa. Ante esa respuesta, el policía (que según la víctima se enfadó
por la respuesta que le dio) le puso una multa por “ensuciar la vía pública “.