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Discriminación y Comunidad gitana 2017

Casos de discriminación en acceso a bienes y servicios

En la mayoría de estos casos se puede constatar que se produce

la discriminación por la orden

de un responsable dada

a otra/s persona/s y que hay un desconocimiento general de las personas gitanas sobre sus derechos ante dichas

situaciones. (Establecimientos

públicos, privados, administraciones, etc.

).

1.

Badajoz.

Acceso a bienes y servicios.

Discriminación directa.

Una joven gitana y su hermana pidieron cita

en una peluquería para arreglarse el pelo. Cuando le tocó el turno a la joven, la peluquera la acomodó y empezó

a examinar el pelo. De repente, le dijo en voz alta, en presencia del resto de las clientas, que tenía piojos y que

no la podía atender. La joven le dijo que no tenía piojos, que era mentira y le pidió una hoja de reclamaciones.

La peluquera le dijo que no tenía hoja de reclamaciones, le dio un folio en blanco y le dijo que escribiera en el

folio. La víctima se negó diciéndole que eso no le iba a valer para nada y decidieron marcharse de la peluquería. 

Las jóvenes nos trasladaron que se sintieron muy avergonzadas y discriminadas ya que había otras mujeres en

la peluquería que las conocían y que también las miraron mal.

Las jóvenes no quisieron desarrollar ninguna acción.

2.

Santiago de Compostela.

Acceso a bienes y servicios.

Discriminación directa.

Un chico gitano fue a un

centro comercial a encontrarse con su mujer y su hijo. Cuando llegó, su mujer le dijo que a su hijo no le habían

dejado subir en unos cochecitos de juguete que había para alquilar. 

El chico habló con la dependienta y ésta le dijo que los cochecitos no tenían batería. El padre del chico se

marchó enfadado del centro comercial y denunció lo ocurrido en su cuenta de Facebook y aseguró que los

coches tenían batería porque vio a otros niños subidos y usando los cochecitos. El joven nos contó que se sintió

discriminado por ser gitano ya que le quedó claro que no le quisieron alquilar un cochecito porque eran gitanos.

3.

Don Benito.

Acceso a bienes y servicios.

Discriminación directa.

Una joven gitana participante de los servi-

cios de la FSG en Don Benito, durante una sesión informativa sobre empleo, en la que se informó de las funciones

y trabajo del Departamento de Igualdad y del servicio que prestamos a las víctimas de discriminación, contó a

la Técnica de la FSG lo siguiente:

Que esa misma mañana, al terminar la sesión de orientación laboral en la FSG de Don Benito, fue a un supermer-

cado y cuando estaba en la caja, dispuesta a pagar, el empleado que le estaba cobrando le pidió que abriese el

bolso. Ella se indignó porque no vio que se lo pidiera a nadie más. No obstante, le enseñó el bolso para que viera

que no llevaba nada, al mismo tiempo que le pedía explicaciones de por qué le había pedido que le enseñara el

bolso sólo a ella y le dijo que no se iría del establecimiento hasta ver que lo pedía al resto de la clientela. Ante

la negativa del trabajador la víctima solicitó una hoja de reclamación, la rellenó y entregó una de las copias en

el establecimiento. Después acudió al dispositivo de la FSG para contar lo sucedido. La Técnica de Igualdad

quedó con ella al día siguiente para acompañarla a entregar la hoja de reclamación a la oficina de consumidores

y usuarios de Don Benito.

La víctima era de etnia gitana con rasgos fenotípicos muy marcados. De la reclamación no obtuvo información

y la joven no quiso que desarrollar más actuaciones de seguimiento.

4.

Don Benito.

Acceso a bienes y servicios.

Discriminación directa.

Una mujer gitana entró a un supermercado

junto con su hijo de 8 años y su cuñada. En el supermercado observaron que uno de los empleados no dejó

de seguirlas por los distintos pasillos, en todo momento. Cuando la víctima se dispuso a pagar la compra, este

empleado cogió una bolsa de patatas y se las cobró. La mujer, avergonzada, dijo que su hijo no había comido

nada, que no se había separado de ella. La mujer, al no dar crédito a la situación, empezó a justificarse y a sacar el

dinero que tenía, para que todos vieran que podía pagar perfectamente la bolsa de patatas. El empleado la echó

del establecimiento gritando que no volvieran más, a la vez que la amenazó varias veces con llamar a la policía y