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Discriminación y Comunidad gitana 2017

13.

Pontevedra.

Acceso a bienes y servicios.

Orden de discriminar.

Una mujer de avanzada edad, de etnia gita-

na, contactó con una de las Técnicas de la FSG en Pontevedra y relató que un día que iba a entrar a la oficina de

información de vivienda de su ciudad el guardia de seguridad, que estaba en la puerta vigilando, no la dejó entrar.

El guardia de seguridad le prohibió la entrada y además le recriminó “siempre son los mismos los que molestan “,

y manifestó tener órdenes del organismo para restringir su acceso al edificio.

La mujer contó el incidente ocurrido a la Técnica de la FSG en Pontevedra, comentó que sintió miedo por el

trato recibido por el guarda de seguridad y solicitó acompañamiento para realizar su gestión. Uno de los técni-

cos de la FSG acompañó a la mujer a la oficina de vivienda y cuando entraron se encontraron con el guardia de

seguridad. El técnico de la FSG y la mujer hablaron con el guardia y le trasladaron el malestar que éste ocasionó

a la mujer por prohibirle la entrada a una oficina pública de información en materia de vivienda, sin dar ninguna

razón. Asimismo, le indicaron el derecho que tenía la mujer a recibir información como cualquier otra ciudadana.

El guardia de seguridad, asintió con la cabeza y se disculpó a la mujer y se dirigió al técnico de la FSG diciéndole

“ya sabes cómo son”.

El técnico nos trasladó que a pesar de esa disculpa, la actitud del guardia de seguridad fue en todo momento

despectiva y amenazante hacia la mujer gitana, quién nos trasladó su agradecimiento ya que se había sentido

discriminada por ser gitana y tenía miedo volver a la oficina y que no la atendieran.

14.

Puertollano.

Acceso a bienes y servicios.

Orden de discriminar.

Un joven gitano se acercó a la FSG en Puer-

tollano para contar a la Técnica de Igualdad un hecho que le sucedió en julio de 2016. El joven fue con su prima

a un local y los porteros no les dejaron pasar por llevar pantalones cortos. Sin embargo, los jóvenes se dieron

cuenta que otras personas entraron con la misma vestimenta.

El joven solicitó una hoja de reclamaciones y los de seguridad les dijeron “es una orden directa del dueño de no

dejar entrar a su local a gitanos”.

Tras ese comentario, el joven exigió hablar con el encargado para pedirle, directamente a él, la hoja de reclama-

ciones. El encargado se personó en el lugar, pero no accedió a dársela y el joven optó por llamar a la policía local.

Cuando llegó la policía local, el encargado le proporcionó la hoja de reclamaciones y les dejó pasar dentro del

local, para rellenar dicha hoja. Lo hicieron en presencia de la policía. El encargado, en ese momento, afirmó que no

dejaba pasar gitanos a su local porque “quiero cuidar la imagen de mi local y que la gente no se sienta incomoda

con la presencia de gitanos, debido a la mala fama que tienen en Puertollano”. 

Ante dichos comentarios, una de las agentes de policía animó a los jóvenes a que denunciaran, por tratarse de

un caso claro de discriminación por motivos étnicos.

El joven con el asesoramiento de la Técnica de Igualdad de la FSG presentó queja en la oficina de consumidores

y usuarios.

En unos días el joven recibió contestación a la queja interpuesta que sugería que interpusiesen una denuncia. Sin

embargo, el joven, aunque valoró la posibilidad de interponer denuncia, decidió no hacerlo.

15.

Puertollano.

Acceso a bienes y servicios.

Discriminación directa.

Un joven gitano se presentó en la FSG de

Puertollano para contar a la Técnica de Igualdad que acudió con unos amigos a una discoteca y al intentar acce-

der al local los encargados de la seguridad les denegaron la entrada, según dijeron literalmente “por ser gitanos “

Los chicos pidieron ver al encargado. Sin embargo, les echaron de allí de muy malas maneras e incluso a empu-

jones. Cuando salió el dueño del local, la explicación que les dio fue que “no os dejo entrar por la mala fama que

tenéis los gitanos de ser violentos”.

Los jóvenes llamaron inmediatamente a la policía local y cuando llegaron, les explicaron lo que les había dicho el

dueño del local. Los agentes de la policía local les animaron a denunciar. El joven acompañado de sus amigos,

acudió a la comisaría de policía nacional con la intención de interponer una denuncia, tal y como les habían

aconsejado los agentes. Una vez en la Comisaría de policía nacional, les dijeron que “no se podía denunciar

porque no era una causa penal sino administrativa”.