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La sociedad decente [editar]


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Abajo transcribimos un artículo de Fernando Rey, miembro del patronato de la Fundación Secretariado Gitano, publicado en el periódico El Norte de Castilla, de León, en que trata de la discriminación contra los gitanos españoles.

"El título invoca el famoso libro, publicado en 1996, del filósofo israelí Avishai Margalit. Para este autor, una sociedad decente es aquella en la que las instituciones no humillan ni tratan cruelmente a nadie y cuyos ciudadanos no se humillan entre sí. La expresión tuvo en su momento cierto eco en España, porque el presidente Zapatero la utilizó para justificar la consideración legal como matrimonio de las uniones estables de homosexuales.
Yo la traigo aquí ante otra situación. Tengo una amiga gitana. Es joven y es un encanto de mujer. Pues bien, ocurre que varias veces ella y sus amigas han sido expulsadas o directamente no admitidas en diversos bares de copas de esta ciudad solo por ser gitanas. Por supuesto, no es la única forma (ni la peor) de discriminación social de la que son víctimas casi a diario. Por ser gitanas y por ser mujeres lo tienen mucho más difícil que los demás para estudiar, conseguir un empleo o hacer lo que quieran. Pero eso de que no te dejen pasar a un local donde entran otros jóvenes como tú, o de que te expulsen como si tu piel pregonara una enfermedad contagiosa y repugnante, es muy duro.
Invito al avisado lector a que se ponga en su lugar. Yo entiendo muy bien el cabreo de mi amiga. Y su impotencia, porque finalmente no hay nadie a quien acudir, procedimiento que seguir, instancia que repare. En este país, donde tanto vamos avanzando en materia de igualdad entre mujeres y hombres, sale gratis, sin embargo, tratar a los gitanos y a cualquier otra minoría étnica como si fueran animales. No somos una sociedad decente del todo.
Sí, ya sé, hay gitanos delincuentes y sinvergüenzas. Claro que lo sé. Pero, ¿no conoce el lector (cuya complicidad reclamo hoy particularmente) ningún no- gitano ladrón, mentiroso y cruel? Y porque haya algunos que lo hagan, ¿todos somos de la misma condición? No sé si los payos que discriminan a los gitanos leerán este papel (me extrañaría). Pero tengo un mensaje para ellos. Lo que hacen está moralmente mal, pero como eso seguramente les dejará indiferentes, añado que además es un delito. De momento, policía, fiscales y jueces no han reparado demasiado en ello. Pero algún día quizá comiencen a leer por fin los delitos contra la discriminación racial del capítulo cuarto, del título XXI del libro segundo del Código Penal.
Ya hay algunos casos. Una sentencia en Alicante de 1999, por ejemplo, condenó al portero de un pub que impidió el acceso al local de dos negros, a un año de inhabilitación. Otra en Valencia, en el 2003, resolvió algo semejante y la víctima era gitana. Ya sé que la igualdad no se conseguirá a golpe de sentencias penales; pero tampoco vendría mal que, entre otras medidas, la ley se cumpliera. Porque si no, no sabré qué contestar a mi amiga cuando me haga ver que nuestra sociedad sigue siendo profundamente indecente. Y no solo por quienes discriminan con rutinaria y fría obstinación, sino por a quienes, quizá la mayoría, esto les da igual."

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